29 de octubre de 2006

Evolución.


Visto desde cualquier perspectiva, no nos queda otra opción que evolucionar, queramos hacerlo o no. Algunas veces se refiere a transformar nuestro oxidado círculo de amistades, para dejar entrar una fresca y suave brisa que barra con lo obsoleto; otras veces se manifiesta enfrentándonos con quien fuera un gran amor y permitiéndo que comprobemos lo fútil que resultó ese intento, lo afortunados que somos de haber tomado "la dirección contraria"; otras más lo hacemos por obligación, al percibir con dolor que no supimos reaccionar a tiempo o que dejamos pasar al vuelo una oportunidad única sencillamente porque no estábamos listos...
Lo cierto es que la evolución es parte intrínseca de nuestra vida. Algunas veces llega sin avisar, otras nos empuja en contra de nuestra voluntad, quizás nos espere a la vuelta de la esquina, pero es imprescindible que aprendamos a amoldarnos a los procesos naturales del crecimiento.
Los muertos no nos pueden pesar. Las ilusiones son etéreas. Siempre estuve acostumbrado a realizar mis trabajos literarios de forma manuscrita: pues ha llegado el momento de aprender a manejar la tecla "enter" y saber pasar la página. Es evolucionar, crecer, avanzar, dejar atrás, explorar, experimentar, abrir los ojos y el corazón a lo que pueda suceder mañana. No nos queda otra opción. Hay que sonreír y saber dar ese primer paso.

Visitas virtuales.

Bien. Continúo avanzando por mi senda virtual de autoconocimiento. Hoy me he sentido muy complacido porque al menos tres de mis mejores amigas se han tomado la molestia de visitar mi blog y leer mis líneas. Lo considero especial porque son mujeres con quienes he mantenido el contacto a través de los años, a pesar de encontrarse, cada una de ellas, tan lejos de mí. Susana está en San Fernando de Apure, Yira viviendo en Alicante y Patricia en Valencia; de cualquier forma, resulta muy grato saber de sus respectivas visitas. Sólo espero que vuelvan con frecuencia, como esos viejos amigos que nos alegran una serena tarde de domingo. A cada una de ellas y a todos los demás, sean calurosamente bienvenidos: a mis letras, a mis pensamientos, a mis páginas; aunque ya de por sí, son protagonistas dentro de mi propia historia. Un abrazo.

Pequeños pasos.

Finalmente, después de revisar mejor, he dado con ciertas herramientas que, creo, pueden ayudarme a mejorar mis entradas. Hago lo que puedo, dentro de mi limitada experiencia, para ordenar y pulir lo que será publicado. En lo sucesivo intentaré ofrecer algunos listados, más específicos, sobre ciertas opiniones que tengo en materia de filmografía y literatura, así como las descripciones cronológicas de mis inciertos pasos a través de estas sendas electrónicas. De todas formas, considero que lo más importante ya está hecho: dar el primer paso en pos de la inmortalidad virtual...

En el principio...


En el principio no sabía muy bien cómo comenzar a publicar en línea, pues siempre lo había hecho en manuscrito; pero sé que debo actualizarme y dejar una mejor constancia de mis pasos literarios, así que me he animado a unirme a esta nueva aventura de ser blogger. Imagino que, lentamente, iré tomándole el paso y el ritmo, para poder actualizar mis entradas acorde con los originales que ya tengo. Así, pues, que doy mis primeros pasos electrónicos...