18 de noviembre de 2007

Excusas.

A todas aquellas personas que se tomaron la molestia y el tiempo necesario para leer e interpretar mis páginas internas, les quedo profundamente agradecido. Quisiera contar con razones verdaderas que justifiquen mi ausencia, pero se ha debido, más que todo, a una inexcusable indisciplina. Poco después de mi última anotación comencé con la etapa final de mi curso de pintura al óleo, lo que desequilibró mi balanza literaria. En el taller de narrativa hubo también nuevos desafíos, dejándome poco tiempo y espacio, si acaso, para dedicarme con mayor ahínco al diario manuscrito, el cual ha crecido exponencialmente. Así, pues, que mis letras virtuales se vieron obligadas a pagar el precio.

Ahora mi vida se ha llenado, además de múltiples anotaciones íntimas, de pinceles, matices, degradaciones, cuentos cortos, ensayos, tubos de pintura, bocetos y escasa (por no decir nula) actividad sentimental. Me he convertido en una máquina de trabajo pictórico y literario. Pero me siento increíblemente feliz y expectante por adentrarme en esta nueva etapa.

No obstante, la ausencia no ha sido del todo estéril. Insisto en agradecer cada una de sus palabras sinceras, que me han acompañado durante todos estos meses, desde que inicié esta odisea virtual. Muy pronto regreso con material nuevo; no sé si la espera valdrá la pena, pero supongo que ustedes sabrán comprenderme.

A cada uno de mis fieles visitantes, un fuerte abrazo y un gran beso…

He vuelto.