9 de febrero de 2007

¡Cumpleaños Feliz!

33 años. Treinta y tres años. Hoy es mi cumpleaños. En términos de longevidad no parece mucho, pero reconozco que resultan muy significativos para mí. Termino de consolidarme dentro de lo que muchas de mis amistades definen como "adulto contemporáneo"; pero, ¿qué es eso? ¿Cómo definirlo? ¿Cómo se caracteriza esa transición entre tardía juventud y temprana madurez? No lo sé... pero me arriesgo a averiguarlo.
Si me permito realizar un balance existencial a estas alturas, descubro que no puedo quejarme. He hecho lo que he querido, he intentado perseguir mis sueños, he luchado por mantenerme fiel a mí mismo y, lo más importante, siento que aún no he hipotecado mi corazón. No obstante, cumpliendo 33 años vagando por esta tierra: ¿quién soy?
Soy un homosexual convicto y confeso. Me enamoré por vez primera siendo adolescente, que es cuando resulta más turbulento y tormentoso; ofrendé mi virginidad sexual a quien fuera mi primer amor y con él proseguí mi escabroso aprendizaje durante los siguientes diez años. No fue una relación perfecta, mucho menos idílica; pero reconozco que me sirvió para evolucionar y aprender como ser humano sentimental. De hecho, a esa pretérita sombra deberé eternamente la chispa literaria con que di inicio a mis clandestinos diarios. Con él descubrí la pasión, el deseo, la lujuria y su contraparte: las lágrimas, la depresión, el sacrificio y el dolor. Pero insisto: no me quejo, estoy aquí. No me arrepiento.
Las convulsiones se efectuaron no sólo dentro de mi corazón; tuve que desperdiciar varios años para poder descubrir que la fuente de mi felicidad reside entre las palabras escritas. Comencé estudiando Antropología, luego Psicología y terminé graduándome en Administración de Empresas Hoteleras. Incluso tuve la oportunidad de trabajar para una prestigiosa cadena internacional, sólo por poco tiempo, el suficiente para descubrir que me ahogaba entre tanta férrea disciplina y horarios agobiantes. Hizo falta mucho valor para ariesgarme a renunciar a un estilo de vida preestablecido e intentar perseguir mis aspiraciones literarias. ¿Una locura? No lo sé; lo único que tengo seguro es la aceptación propia de perseguir un sueño, una utopía, una fantasía narrativa que me llena mucho más allá de la comodidad económica. De eso tampoco me arrepiento.
Después de mi primer amor, se sucedieron otros amores no menos significativos, aunque ninguno permanente. Me acostumbré paulatinamente a la soledad. Una soledad creativa, enriquecedora, cómoda y flexible. Aún sigo creyendo en el amor, sólo que ahora mis escogencias se han simplificado en la medida en que se han vuelto más delimitadas. Sé quién soy, por ende sé ya lo que quiero y cómo lo quiero. Atrás han quedado las experimentaciones pueriles y estériles que sirvieron para aclarar mi perspectiva. Sí: estoy solo, pero no me siento solo. Aquí, por supuesto, no cabe el arrepentimiento.
Mis círculo de amistades también se ha contraído. Ahora me rodean personas interesantes, luminosas, positivas; hombres y mujeres que me regalan una diversidad de matices que va más allá de su color de piel, su escogencia sexual y su cuenta bancaria. Son seres humanos con quienes he escogido compartir mi tránsito, mi desplazamiento corporal por esta vida. Estoy orgulloso de ellos. ¿Cómo arrepentirme?
Si lo tomo con calma y observo hacia atrás, descubro muchas decisiones tomadas, almas dejadas en el camino, amores traicionados, ofertas tentadoras y experimentos fallidos; pero cada una de esas encrucijadas me ha traído hasta esta noche, cuando escribo estas líneas. Es probable que pudiera haber hecho algunas cosas de manera diferente, pero estoy satisfecho con el resultado. Barbra Streisand alguna vez dijo que para poder saber hacia dónde vamos tenemos que averiguar de dónde venimos... Bien; mi senda ha sido turbulenta porque buscaba la paz de corazón, de espíritu y de mente. Ciertamente no estoy muy seguro de descifrar lo que me espera más adelante, pero sé que lo más difícil ya quedó atrás. Me siento contento, satisfecho, esperanzado y lleno de ilusiones renovadas.
Doy gracias por lo que tuve y por lo que no tuve; agradezco lo que tengo y lo que no. Tengo fe en esperar lo mejor... Sé que no me voy a arrepentir.

8 comentarios:

El Castor dijo...

Luisgui, ante todo felicidades. Muy interesante post aunque se hizo esperar ¿eh?.
La madurez facilita que uno se sienta mejor consigo mismo, como bien dices uno sabe lo que quiere, tiene definidos sus intereses y está más seguro de sus decisiones. De todos modos a los 33 no se es todavía una persona madura, diría que se empieza a madurar.
Coincido en la postura que adoptas respecto a tu relación pasada: sufrir también forma parte de la vida. Es así de claro.
La estabilidad económica es importante. Me atrevo a decir que deberías trabajar en lo que has estudiado y dejar la literatura -un mundo complicadísimo- como hobby.
Finalmente creo que la soledad tiene también sus aspectos positivos como bien señalas. En cualquier caso cada uno tiene sus propios caminos.
Saludos muy amistosos.

tomatita dijo...

Felicidades...aunque llegue con retraso.

Me alegra saber que el balance es positivo, así que te deseo que siga siendo así de bueno para los siguientes cumpleaños.

Un caluroso abrazo.

José Manuel Martínez Sánchez dijo...

Felicidades. Es una buena declaración de intenciones, aunque a veces nos cuesta aceptar lo perdido o lo que nunca ganamos. En fin, todo es ceniza al final, "mas polvo enamorado".

sergio dijo...

Pregunta, qué es eso de escogencia? No lo censuro, simplemente jamás en mi vida lo había oído. Punto aparte

Feliz cumple!

Qué interesante (esto lo imagino) levantarse una mañana y tener la certeza de que la felicidad reside en lo escrito. A mi me pasó, pero en otro sentido. Hace unos años leí algo de Borges. Decía el señor: "puedo imaginarme un mundo sin árboles, sin pájaros, pero no uno sin libros" Y yo pensé, qué exagerado. Hasta que un día descubrí que mi vida giraba en torno a ellos, y me sentí feliz de que así fuera. Más tarde, hace poco, apareció otra obsesión: escribir, que por ahora es sólo un
estudio.

Ojalá su empresa llegue a buen puerto, porque como dice nuestra amadísima Duras: escribir sigue siendo una de las pocas actividades interesantes en esta vida.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Hice un edit a mi comentario anterior y por eso lo borré. Felíz cumpleaños tardío, recien me entero. El edit fue porque envié saludos desde guárico pero pude notar que al igual que yo, eres guariqueño. Así que somos paisanos o algo por el estilo. Jejeje! Gracias por tu visita. Me llamó mucho la atención esa forma de escribir tan literaria, la cual siempre he querido aprender, unos consejos nunca estarían de más. Felicidades también te manda mi Canelita, que lee conmigo este espacio. Hasta pronto!

Jose Antonio Vallejo Serrano dijo...

Felicidades! La edad de cristo! Parece que todo el mundo cumple años ultimamente.

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Felicitarte a estas alturas me parece hasta maleducado!, pero ya sabes que he estado un poco perdido estos días :)

Me ha gustado este minirecorrido por tu vida, y me ha llamado la atención lo de dejar cosas a un lado por la vena literaria. He estado reflexionando sobre eso, sobre hacer cosas que no son verdaderamente lo que te gusta hacer dejando a un lado las que verdaderamente te motivan, pero es taaaan dificil. No sé, no quiero pensar mucho sobre eso, que me deprimo! ;)

Sigue creyendo, en eso se basa parte del desarrollo.

Nota: ahora mismo estoy en mi ciudad natal. Todavía no me he asentado en la nueva ciudad..., voy y vengo y así estoy, medio mareado.

Un abrazo.