Instrucciones para una carrera de 365 días.
- No olvide hidratarse. Beba mucha agua. Recuerde que más del 60% de nuestro cuerpo está compuesto de líquidos. Piense en un vehículo: se corre el riesgo de recalentamiento y usted no querrá verse en el hombrillo, envuelto en una nube de vapor. Reponga todo lo que pierde a través del sudor y otras expulsiones. Hay que ser enfático aquí: beba mucha agua. No lo olvide.
- Lleve un calzado adecuado para el camino. Es importante decidir lo que mejor le conviene antes de comenzar la carrera. Confíe en mí: usted querrá escapar a las torceduras, las ampollas, las molestias imprevistas y todo lo que pueda aminorar la marcha. Piense bien, escoja con cuidado, analice las ventajas y desventajas de un zapato hermoso o un zapato cómodo. Está bien concentrarse en el paisaje, pero no olvide pisar con firmeza, calzando bien, cómodamente. Y no olvide: lo barato sale caro, así que no se conforme con lo primero que vea.
- Evite el peso innecesario. No se sobrecargue con cosas inútiles. La mayoría de las veces no sabrá qué hacer con ellas y terminarán siendo un estorbo. Cargue encima sólo aquello que intuya imprescindible, valioso, práctico. Deshágase de lo superfluo. Sea honesto. Piense en todo lo que tiene por delante. Deje atrás lo que pueda representar un futuro obstáculo. Lo valorará cuando llegue el momento adecuado y sonreirá al saberse libre y ligero.
- No se distraiga con los demás corredores. Véalos, evalúe sus fortalezas y debilidades, pero no se concentre en ellos. Mire al frente. Sus pasos son únicos, así como el estilo para correr, el ritmo, la secuencia de pasos; cada camino es particular. Las ventajas que tiene el que corre junto a usted no necesariamente tienen que ser las suyas; el rendimiento tampoco, ni la fuerza que imprime en las rodillas. Respire hondo y visualice la meta. Vea el paisaje, si se le antoja, pero evite distracciones vanas. No se compare con los demás. Algunos tienen más experiencia que usted, otros apenas comienzan. Lo interesante es que todos avanzan en la misma dirección.
- Haga inspiraciones profundas cada cierto tiempo. La respiración es vital. No pierda aire en asuntos inútiles y pequeños. Llene sus pulmones con el gozo de cada tramo superado, cada recodo dejado a su espalda, cada esguince curado con decisión y prudencia. Oxigénese hasta el cansancio. No hay nada que una buena exhalación no solucione. Alcanzará un punto, si logra prestar atención, cuando sabrá qué vale la pena una buena inspiración. Lo otro es vulgar resuello.
- Fije la vista en la línea de llegada. Visualícese allí. Cierre los ojos durante un par de segundos y disfrute con la sensación de saberse ganador sin importar si es el primero o el último. Recuerde que lo importante es concursar, salir, atreverse a ir más allá de donde está ahora. Evite la inercia. Póngase en movimiento ya. Flexione los músculos. Deje la pereza. Salga de la cama. Párese de la mesa. Alce los brazos. Acuclíllese (porque el culillo aquí no cuenta para nada) para entonar.
- Si lo desea, puede hacer paradas programadas. Usted se conoce mejor que nadie; identifique sus límites, sepa hasta dónde puede llegar sin descanso, utilice la reserva. Cuando se detenga, no se pare de inmediato; camine un poco, flexione los tobillos, beba más agua, piense en lo que ha logrado y si quiere compárelo con la distancia que le queda. Haga balance de sus fuerzas y no pierda de vista la dirección propuesta. Digo esto porque es corriente la distracción, tirarse en el piso, seguir lateralmente, ponerse a conversar con otros que prefieren abandonar. Lo repito: hidrátese, respire profundo, pero no olvide que se corre hacia delante, nunca de lado ni en retroceso.
- Alcanzará un punto en el que pueda reconocer su ritmo ideal. Utilícelo. Válgase de él. Úselo en su favor. Es su propio paso. Ninguno de los demás se le parece. Esto también es muy importante. Si va muy rápido, desbocado, es probable que no se fije en algunos atajos valiosos que el camino ofrece de regalo detrás de alguna curva. No se trata de hacer trampas, sólo de saber manipular una ventaja antes de llegar a ella. Al contrario, si va muy despacio, corre el riesgo de terminar caminando; y seamos honestos: no tiene gracia competir así.
- Si quiere, lleve música con usted. Aprenda a seleccionar la banda sonora que se ajuste a sus escenas vitales. Improvise. Haga mezclas. Fusione elementos interesantes. Todo es válido en este campo. Cada quien puede adicionar ese acompañamiento, el asunto es descifrar las canciones que lo representen de la mejor forma. Incluso, según el caso, el ritmo se puede incrementar si logra una selección de temas adecuados. ¿Recuerda la tonada de “Chariots of fire”? Bueno, por ahí va el asunto.
- ¿Ya mencioné que debe hidratarse? Hay que se enfático en esto. Pero le sugiero también ser constante. Más allá de la música, las paradas para tomar aire, mirar al frente, valerse de los atajos, es imprescindible que alcance su propia línea de llegada. No desista. Puede ser que crea no poder más, que la idea de abandonar resulte atractiva, pero de una u otra forma lo lamentará. Créame en esto. Póngale empeño. Usted puede lograrlo. Tenga confianza en sus propios músculos. La sensación de haber alcanzado lo propuesto está llena de adrenalina y endorfinas y otras hormonas estimulantes. Arriésguese, deje la flojera, ¿qué puede perder?
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